¿Cómo mantener el AOVE en las mejores condiciones?

¿Sabías que el aceite de oliva no tiene fecha de caducidad? En efecto, se trata de un producto no perecedero, con larga vida útil y su deterioro puede venir condicionado por un incorrecto almacenamiento o envasado. Eso sí, como cualquier producto no perecedero, tiene fecha de consumo preferente.

La conservación de las propiedades del aceite depende en gran medida de los siguientes factores:

Luz

El aceite no puede recibir luz directa, debido a que este tipo de impacto puede degradar sus propiedades. La mayoría de los aceites incluyen envases oscurecidos, con el objetivo de proteger al aceite de la luz directa. Además, es conveniente almacenar el aceite en lugares secos y oscuros, en los que el impacto de la luz del sol no sea directo. Si el aceite se mantiene en contacto con una fuente de luz natural directa, muchas de sus propiedades se van a perder, aumentando su oxidación y atenuando sus beneficios para nuestro organismo.

Aire

El contacto con el aire acelera la descomposición del aceite, ya que puede incrementar su tasa de oxidación y degradación térmica.

El aceite absorbe todo tipo de aromas, y, por tanto, un aceite que permanece en contacto con el aire va a perder todos sus matices olfativos. Es recomendable que conservemos el aceite de oliva en botellas con cierres seguros que permitan proteger el mismo del contacto directo con el aire presente en el ambiente.

Altas temperaturas

Las temperaturas elevadas van a descomponer el aceite más rápido que los ambientes frescos. En general, la temperatura recomendada para la conservación del aceite de oliva se sitúa entre los 18 y los 24 grados. Temperaturas superiores van a influir de manera negativa en las propiedades del aceite de oliva.

Si las condiciones de conservación no son las adecuadas, los polifenoles van a provocar una rápida oxidación del aceite de oliva. Un aceite en contacto directo con la luz o sometido a altas temperaturas puede descomponerse en unos meses, no siendo apto para el consumo humano.

Por ello, el envase es un factor clave para proteger el aceite del proceso de oxidación. El envase debe ser de color oscuro, evitando así el contacto directo con la luz externa. En cuanto al material, deberían evitarse plásticos o materiales como el cobre o hierro. Estos deterioran el aceite y son más débiles frente a las variaciones de temperatura. Cuando el envasado es de plástico y transparente, la entrada de factores externos es más agresiva y directa.

En Aceite Armónico apostamos por envases de alta calidad, para proteger nuestro aceite de los factores comentados. 

Contamos con botellas de vidrio, que protegen el aceite de la luz y el aire, conservando sus propiedades durante más tiempo y con nuestro envase preferido: el Bag in box. Gracias a su sistema de envasado al vacío, se conservan todas las propiedades del aceite desde el primer día hasta el último. Con este formato conseguimos preservar los valores nutricionales, el sabor y el aroma de Armónico, quedando el aceite plenamente protegido de la luz y de la oxidación.

 

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